Según
las leyes del aprendizaje, una conducta que se refuerce positivamente tiende a
repetirse y una conducta que no se refuerce tiende a extinguirse.
Por lo tanto, cuando nuestro perro realice una orden
correctamente o muestre una conducta adecuada, debe ser premiado. Existen
diferentes tipos de premios: comida, caricias, halagos, juego... según la
situación y el animal.
Los perros por si solos ya saben sentarse, tumbarse, venir
hacia nosotros... cuando ellos quieren, nadie les ha enseñado nada, es innato
en ellos. La educación en positivo supone enseñarles a hacer todo eso que ya
saben, cuando se lo pidamos, y reportándoles algo agradable por hacerlo.
La educación en positivo supone un cambio de mentalidad, ya
que se refuerza aquellas actitudes que realiza el animal y nos agradan, en vez
de castigar aquellas conductas que no nos gustan.
- Aceptación de la frustración, es decir, ausencia de falta de autocontrol mostrado por el perro en determinadas situaciones.
- Aprender sin ningún tipo de presión.
- Aprende jugando.
- Aprender a utilizar el lenguaje corporal para evitar un conflicto.
- Estimulación mental para ambos, el propietario debe decidir qué refuerzo es el que realmente motivará a su perro y el perro con qué comportamiento conseguirá dicho refuerzo.
- Vínculo psico-afectivo entre ambos que durará toda la vida (complicidad).
- El perro, y su propietario, conseguirán seguridad en sí mismos.
Al enseñar una orden,
hay que tener en cuenta que cuanto mayor sea la dificultad de la conducta que
se le pide al perro, deberá recibir un premio de gran valor para él. Por
ejemplo:
Orden “mira” (dificultad
baja): se recompensará con una galleta
Orden “quieto”
(dificultad media): se recompensará con una golosina para perro blanda
Orden “no” (dificultad
alta): se recompensará con una golosina para perro muy jugosa
Por el contrario, si el
animal muestra una conducta indeseada ésta deberá ser ignorada. Porque como ya
hemos visto, una muestra de atención hacia el animal puede llegar a ser un
premio. Es posible que inicialmente el perro muestre con mayor intensidad la
conducta que queremos corregir, en busca de atención. Pero si actuamos
correctamente, se irá extinguiendo progresivamente.
En ningún caso
aplicaremos castigo, ya que el animal puede no llegar a entender la situación
frustrándose. Lo que puede dar lugar a un animal agresivo o irritable,
trastornos compulsivos, etc.
Para que el aprendizaje
de nuestra mascota sea eficaz es necesario:
- Aplicar el refuerzo positivo (premio) inmediatamente después de la conducta
- Premiar siempre que muestre la conducta
- No aplicar el refuerzo seleccionado en ninguna otra ocasión, excepto cuando muestre la conducta
Existe una serie de
requisitos que quisiera recordar y recalcar, para realizar una educación
correcta:
- Todos cooperan, cada miembro de la familia intervendrá en el tratamiento.
- El aprendizaje se realizará poco a poco y de una forma divertida.
- Establecer horarios y rutinas para que el animal aprenda hábitos de paseos y comida
- Un no a tiempo, cuando el animal esté haciendo algo mal, si le regañamos pasado el tiempo no lo entenderá.
- Nunca utilizar castigos físicos.
- Cuando haga algo bien, premiarlo con muestras de aprobación, entusiasmo y caricias. También podemos emplear premios para perros.
- Hacerle entender que es nuestro animal de compañía
- Las órdenes deben ser claras, nuestra comunicación verbal y corporal tiene que ser clara para ayudar al perro a entender nuestras intenciones.
- Las órdenes deben ser concisas, cada acción que se efectúe debe contener ideas precisas.
- Las órdenes deben ser coherentes, cada acción tiene que ser lógica y consecuente con las acciones anteriores.
- Si el animal no responde a la orden, esperar 10 segundos hasta repetirla de nuevo.
- No sentir lástima y mantener la compostura cuando se le está educando.
- Una buena educación necesita grandes dosis de tiempo y paciencia.
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