El recuerdo de la vacuna o el
dolor sufrido por una enfermedad en su última visita, provocan que el veterinario sea uno de los
principales enemigos de las mascotas. Unido a que tan sólo acuden a la clínica
veterinaria para ser vacunados, están enfermos y para cortarse el pelo, no es
raro contemplar la imagen de un perro paralizado en la puerta del veterinario o
tirando de la correa en dirección opuesta. Siguiendo
las siguientes indicaciones podemos hacer de la visita al veterinario una
experiencia agradable para la mascota y su propietario (y el veterinario, por
supuesto):
•Desensibilización: Acostumbra a tu mascota a la manipulación, lentamente, y
recompensando su colaboración. Si aprende que tocarle las patas, el hocico,
orejas… no es malo, será mucho más fácil cortarle las uñas, limpiarle los
dientes y oídos…
•Enséñale órdenes básicas (tumbarse, sentarse, quieto…)para
facilitar el manejo
•Asociación positiva: Aprovecha algún paseo para acercarte a
la clínica simplemente para saludar, el personal de la clínica siempre estará
dispuesto a ofrecerle caricias y algunas galletas
•Adaptación progresiva al transportín y al coche
(explicado en artículos «ADAPTACIÓN AL TRANSPORTÍN» Y «ADAPTACIÓN AL COCHE»
•Aunque tu mascota no sea agresiva se
recomienda acostumbrarlo a la manipulación del bozal en positivo, nunca se sabe cuando puede ser
necesario. Si el animal no le tiene miedo al bozal, sufrirá menos estrés al
colocárselo, en cualquier situación.
•Se aconseja que el animal realice ejercicio físico previo a la visita, estará más tranquilo
y relajado.
•Es conveniente permitirle hacer sus necesidades antes de la visita. El estrés puede
jugarle malas pasadas.
•En la sala de espera distráelo con algún
juguete. No
le acaricies, como ya sabes las caricias son
un tipo de refuerzo positivo, por lo que estarías recompensando su estado de
ansiedad.
•En caso de ser necesario se aconseja el
uso de transportín desmontable. Si tu mascota es una animal exótico o
gato, se debe tapar el transportín con una funda. También es beneficioso preparar el transportín con una mantita con su olor y su juguete favorito.
•Limpiar transportín tras cada uso
con detergente
enzimático para eliminar las feromonas (Son sustancias, exclusivas para cada
especie; que transportan un mensaje de naturaleza diferente, en función del
comportamiento o la situación: sexual, territorial, miedo, etc).
•El uso de feromonas sintéticas facilita la adaptación de tu mascota a
un entorno no agradable o una situación estresante.
•El veterinario debe tomarse el tiempo
necesario para conocer a su paciente y socializar con él.
•El
propietario debe permanecer relajado y tranquilo, es muy importante que transmita calma a
su mascota y la mejor forma de hacerlo, es sentirla.
•Si el animal vive cerca de la
clínica veterinaria, se recomienda realizar visitas con frecuencia: con el
simple objetivo de recibir premios o caricias del personal de la clínica o para
sentarse en recepción durante un rato, sin más.
De
esta forma cambiaremos la asociación negativa con el veterinario
(dolor o sufrimiento) y la reemplazaremos por una asociación positiva (premios
o buenas experiencias). Si ninguno
de estos consejos permite una visita tranquila y sin estrés existen
medicamentos para tranquilizar a tu mascota. Consulta con un profesional.
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