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domingo, 9 de marzo de 2014

VISITA AL VETERINARIO

         El recuerdo de la vacuna o el dolor sufrido por una enfermedad en su última visita, provocan que el veterinario sea uno de los principales enemigos de las mascotas. Unido a que tan sólo acuden a la clínica veterinaria para ser vacunados, están enfermos y para cortarse el pelo, no es raro contemplar la imagen de un perro paralizado en la puerta del veterinario o tirando de la correa en dirección opuesta. Siguiendo las siguientes indicaciones podemos hacer de la visita al veterinario una experiencia agradable para la mascota y su propietario (y el veterinario, por supuesto):
Desensibilización: Acostumbra a tu mascota  a la manipulación, lentamente, y recompensando su colaboración. Si aprende que tocarle las patas, el hocico, orejas… no es malo, será mucho más fácil cortarle las uñas, limpiarle los dientes y oídos…
Enséñale órdenes básicas (tumbarse, sentarse, quieto…)para facilitar el manejo
Asociación positiva: Aprovecha algún paseo para acercarte a la clínica simplemente para saludar, el personal de la clínica siempre estará dispuesto a ofrecerle caricias y algunas galletas
Adaptación progresiva al transportín y al coche (explicado en artículos «ADAPTACIÓN AL TRANSPORTÍN» Y «ADAPTACIÓN AL COCHE»
Aunque tu mascota no sea agresiva se recomienda acostumbrarlo a la manipulación del bozal en positivo, nunca se sabe cuando puede ser necesario. Si el animal no le tiene miedo al bozal, sufrirá menos estrés al colocárselo, en cualquier situación.
Se aconseja que el animal realice ejercicio físico previo a la visita, estará más tranquilo y relajado. 
Es conveniente permitirle hacer sus necesidades antes de la visita. El estrés puede jugarle malas pasadas.
En la sala de espera distráelo con algún juguete. No le acaricies, como ya sabes las caricias son un tipo de refuerzo positivo, por lo que estarías recompensando su estado de ansiedad.
En caso de ser necesario se aconseja el uso de transportín desmontable. Si tu mascota es una animal exótico o gato, se debe tapar el transportín con una funda. También es beneficioso preparar el transportín con una mantita con su olor y su juguete favorito.
Limpiar transportín tras cada uso con detergente enzimático para eliminar las feromonas (Son sustancias, exclusivas para cada especie; que transportan un mensaje de naturaleza diferente, en función del comportamiento o la situación: sexual, territorial, miedo, etc).
El uso de feromonas sintéticas facilita la adaptación de tu mascota a un entorno no agradable o una situación estresante.
El veterinario debe tomarse el tiempo necesario para conocer a su paciente y socializar con él.
El propietario debe permanecer relajado y tranquilo, es muy importante que transmita calma a su mascota y la mejor forma de hacerlo, es sentirla.
Si el animal vive cerca de la clínica veterinaria, se recomienda realizar visitas con frecuencia: con el simple objetivo de recibir premios o caricias del personal de la clínica o para sentarse en recepción durante un rato, sin más.


              De esta forma cambiaremos la asociación negativa con el veterinario (dolor o sufrimiento) y la reemplazaremos por una asociación positiva (premios o buenas experiencias). Si ninguno de estos consejos permite una visita tranquila y sin estrés existen medicamentos para tranquilizar a tu mascota. Consulta con un profesional. 

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